Hace un tiempo, unas pocas referencias a mi vida personal en las redes sociales me costaron una prolongada molestia e invasión de mis espacios en la red, que todavía no ha desaparecido por completo: comúnmente a los autores de estos inexplicables ataques se les llama trolls , spammers , stalkers o todo a la vez. La tentación de contar lo que a una le ocurre en la vida diaria es grande, por algo el principal uso del exitoso Twitter sigue siendo responder a la pregunta "¿Qué estás haciendo?", aunque cada vez se le encuentren más utilidades a esta ingeniosa herramienta. Sin embargo, y en este punto me darán la razón los colegas bloggers, exponer la vida personal es un arma de doble filo. Aunque no comprendo totalmente la psicología o las motivaciones de los trolls, el hecho es que no es un fenómeno aislado y casi nadie que trabaje en red se ha podido librar de ellos.
Con todo, asumo el riesgo en este post para contar que pese a la crisis económica que sigue afectando mi bolsillo, me encuentro en una etapa de paz y a la vez, cuestionamientos. El hombre que amo ha traído luz a mi vida, las cosas se ven más claras y hay grandes expectativas. Pero a veces miramos con cierto recelo a la felicidad, porque no estamos acostumbrados a ella, sino al trabajo y a la rutina; y en la mayoría de los casos no sabemos a qué llamar felicidad. Además, como dicen por ahi: "la dicha ajena quita el sueño" y lamentablemente más de una vez he podido comprobar que en nuestro medio, decirse feliz equivale a cometer un crimen o a obtener un trofeo inmerecido que despertará envidias, ataques y rencores.
Tan sólo es justo que haga una excepción y, públicamente, le diga al guapo e inteligente S., gracias, por ser mi cable a tierra y a la vez, mi nave espacial (You make it easy/ it's as easy as 1-2-1-2-3-4/ There’s only one thing to do/ three words/ for you...).
Estas reflexiones llegaron a mi cabeza por la inquietud de algún lector que considera que el blog es exageradamente impersonal y pensé que tenía razón, aunque hasta cierto punto se trata de un efecto buscado; y también porque, paradójicamente, he vuelto a aludir a mis anécdotas en unos cuantos twits, obteniendo reacciones mucho más numerosas que las que suelen provocar los enlaces que comparto, lo cual me ha hecho sonreír. Seguramente mis intereses -el recalcitrante ateísmo, la cultura hardcore y la postura de izquierda- resultan aburridos para muchos, pero no cabe duda que la farándula, los chismes, y los altibajos emocionales de las personas, provocan un efecto masivo de prensa amarilla que Hearst anticipó y conoció, y que a veces me hace reír, otras veces, preocuparme. Al final, todos estamos hechos de lo mismo.
P.S. Vaticino que éste post provocará una nueva oleada de spam :)
Enlaces:
I can be your facebook stalker (video humor)
Internet Stalkers (consejos)