El matemático, fotógrafo y escritor inglés Lewis Carroll, publicó allá por 1865 un cuento para niños que revolucionaría el mundo:
Alicia en el País de las Maravillas
, una juguetona y aguda crítica a la sociedad victoriana de su tiempo -que sigue siendo válida en nuestros días- con un tinte psicodélico aún más evidente en la secuela "A través del espejo", de un corte oscuro e introspectivo. De hecho, escenas como la de la oruga que fuma o la idea de ingerir hongos para aumentar o menguar tamaño, han hecho que muchos críticos especulen sobre su consumo de psicotrópicos, de lo cual, empero, no existe evidencia. Importantes adaptaciones cinematográficas de la historia se han hecho en nuestros días, entre ellas la célebre Alicia de Walt Disney, con seguridad una obra climax del dibujante y escritor estadounidense. La serie "Alicia" es definitivamente imprescindible en el librero básico de quien mantiene joven su corazón, pues el texto esconde mucho más de lo que podemos imaginar. Me permito, a continuación, traducir un poema de este simpático británico, ilustrando su encantadora habilidad para hacer de la lógica y la sabiduría, un juego entretenido y musical:
Un breve consejo
Para evitar el abatimiento,
Con variaciones
en las ocupaciones,
Y prolongación
de la relajación,
Y combinaciones
de las recreaciones,
Y discusión
sobre el estado de la nación
con adaptación
a tu estación,
Con invitaciones
a amigos y parientes,
Por evitación
de la amputación,
Por permutación
en la conversación,
y profunda reflexión
evitarás el abatimiento.
Aprende bien gramática,
Y nunca tartamudees,
escribe bien y con pulcritud,
y canta con la mayor dulzura,
se emprendedor,
levántate temprano,
camina seis millas,
ten listas sonrisas rápidas,
con carcajadas luminosas,
fluirás suavemente.
Toma té, no café;
No comas caramelos.
Come pan con mantequilla.
Una vez más, no balbucees.
No malgastes tu dinero,
Absténte de la miel.
Cierra las puertas detrás de ti,
(No las azotes, cuidado.)
Toma cerveza, no oporto.
No entres al agua
hasta que sepas nadar.
Siéntate cerca de la mesa.
Vigila las velas encendidas.
Cierra la puerta tomando la manija,
No des empujones
Hasta que seas más viejo.
No pierdas tus botones.
Rechaza el carnero frío.
Dale poca a comida a tus canarios.
Cree en las hadas.
si es posible,
no tengas establo
con cualquier pesebre.
Sé hostil con los extraños.
Moraleja: compórtate.