Ayer se inició en Uruguay el "Año Onetti" por celebrarse el primer centenario de del nacimiento del maestro de la literatura narrativa urbana,
Juan Carlos Onetti. Fue periodista de la agencia Reuters y se hizo acreedor a importantes premios literarios como el Premio Nacional de Literatura de su país y el Cervantes. En 1980 fue candidato para el Nóbel. Onetti se exilió en España en 1975, tras haber sido encarcelado por la dictadura de Juan María Bordaberry y murió en Madrid en 1994.
Comparto a continuación, su "Decálogo más uno" para escritores principiantes, que bien puede aplicarse a todo oficio:
- No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.
- No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
- No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
- No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
- No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.
- No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
- No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
- No olviden la frase, justamente famosa: 2 más 2 son 4; pero ¿y si fueran 5?
- No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.
- Mientan siempre.
- No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer."
Y ahora, unas cuantas citas interesantes, en palabras del maestro montevideano:
"Hay sólo un camino. El que hubo siempre. Que el creador de verdad tenga la fuerza de vivir solitario y mire dentro suyo. Que comprenda que no tenemos huellas para seguir, que el camino habrá de hacérselo cada uno, tenaz y alegremente, cortando la sombra del monte y los arbustos enanos."
"Decir la verdad es imposible; los hechos desnudos no significan nada. Lo que importa es lo que contienen o lo que cargan; y después averiguar qué hay detrás de esto y detrás, hasta el fondo definitivo que no tocaremos nunca… Hay varias maneras de mentir, pero la más repugnante es decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma de los hechos. Porque los hechos son siempre vacíos, son recipientes que tomarán la forma del sentimiento que los llene".
"Dijo un viejo amigo que se vuelve siempre al primer amor. Afortunadamente estaba en crisis de error o arrepentimiento. Creo que la realidad de esa frase significaría una de las más crueles interpretaciones del infierno en la tierra. Y no sea que más allá nos esté esperando semejante horror".
"Escribo de trampas y acaso mienta"
"Yo besaré los pies de aquel que comprenda que la eternidad es ahora, que él mismo es el único fin; que acepte y se empeñe en ser él mismo, solamente porque sí, en todo momento y contra todo lo que se oponga… Siempre he sido Onetti. Nunca usé trucos, ni estafé a nadie ni a mí mismo. Todas las debilidades que se pueden encontrar en mis libros son debilidades de Onetti y son auténticas debilidades".
"Siempre dije que los críticos son la muerte; a veces demoran, pero siempre llegan."
"Todos sabemos que nuestra manera de vivir es una farsa, somos capaces de admitirlo, pero no lo hacemos porque cada uno necesita protener una farsa personal".
"El oficio de vivir se aprende si sabemos abandonarnos, interpretar y obedecer las indicaciones del destino, si sabemos despreciar lo que debe ser alcanzado con esfuerzo, lo que no nos cae por milagro entre las manos. Toda la ciencia de vivir está en la sencilla blandura de acomodarse en los huecos de los sucesos que no hemos provocado con nuestra voluntad, no forzar nada, ser, simplemente, en cada minuto… No hay viejo que no pueda vivir un año más ni joven que no pueda morir el día siguiente".
Encuentren más citas en el artículo que al respecto escribió Iván Thays.