Lunas Azules ha recibido algunos correos de lectores con inquietudes acerca del término "straight edge" y todas sus implicaciones culturales, a raíz de este artículo.

La subcultura straight edge -enclavada en el movimiento hardcore- ha tenido incidencia especialmente en el entorno urbano en que se originó, concretamente New York y Washington D.C., desde donde se extendió a otras sociedades del mundo anglosajón. En nuestro medio no se dibuja como una tribu urbana definida y mucho menos como un fenómeno de grandes proporciones; sin embargo, como ocurre en otras instancias, las tendencias mundiales también se reflejan entre nosotros gracias a la rapidez de las telecomunicaciones. Es posible encontrar, en eventos especializados de las ciudades mas grandes, a pequeños grupos de personas que exhiben simbología "SxE" y actúan en consecuencia -esto es, no consumen tabaco, drogas o alcohol, y en algunos casos evitan la promiscuidad sexual y su dieta es vegetariana o vegana-.

De acuerdo con este documento, el movimiento straight edge en Estados Unidos está formado en su mayoría por varones de raza blanca y de clase media, cuya imagen es generalmente masculina, territorial y desafiante. Otras opiniones indican que el straight edge no es ni puede ser un movimiento organizado, pues mas bien se trata de un estilo de vida sobre el cual cada persona debe tener una intima conviccion.

Los medios masivos en el primer mundo yan han estado cubriendo las reacciones sociales ante este fenómeno. Extensos y polémicos artículos se han publicado en revistas como Rolling Stone; y National Geographic transmitió hace un par de meses un criticado documental al respecto, el cual hace énfasis en la actividad de los grupos straight edge denominados "hardline" o incluso "hate edge", a quienes se les imputa revueltas destructivas y violencia contra las personas -por ejemplo vendedores de drogas-. Ian MacKaye, quien acuñara el termino en su cancion con Minor Threat, no se considera el fundador del movimiento, pero se defiende del ataque mediatico en una entrevista con Independent News: "hay un cinco por ciento (del llamado movimiento straight edge) que son fundamentalistas, y dentro de ese cinco por ciento tienes un grupo aun mas pequeño que tiene fascinacion con la violencia".

La formación de tribus urbanas responde a la necesidad natural de encontrar una identidad que permita a los jóvenes ubicarse a sí mismos como parte de algo, sobre todo hoy, puesto que la sociedad presiona más que nunca a la juventud, bombardeándola con ideas prefabricadas sobre el éxito, la belleza y la felicidad. Estos conceptos suelen provocar angustia, porque no alcanzarlos equivale a ser "perdedor", y una alternativa rebelde consuela y permite escapar del vacío, la soledad y la sensación de derrota.

Volviendo a nuestra realidad, en la edición mas reciente de Vistazo, se publicó un reportaje extenso sobre la "juventud urbana" del Ecuador, refiriéndose a la población de menos de 25 años de edad. Los grupos urbanos que Vistazo identifica son: rockeros, punkeros, activistas sociales, cabezas rapadas, artistas bohemios, fashion, góticos, naciones y pandillas, hip hoperos y cristianos comprometidos. Me atrevo a decir que estas distinciones no son del todo acertadas ni en el fondo ni en la forma -la palabra "rockeros" engloba, entre otros, a punkeros, góticos, y metaleros-; al fin y al cabo se trata de una visión externa que debe adaptarse a las expectativas de quienes consumen la revista -y de quienes la auspician-. Por otra parte, la neutralidad con que se disfrazan las restringidas y simplificadas descripciones de grupos que han aparecido a causa de profundas heridas sociales, como los skin heads o las pandillas, me parece poco responsable.

De cualquier manera, lo que interesa a los fines de este artículo es subrayar la ausencia de referencias a las culturas hardcore: aunque entre las bandas ecuatorianas con más trascendencia a nivel internacional, se encuentren bandas de dicho género -Muscaria, concretamente-, el peso del movimiento, tanto a nivel ideológico cuanto artístico, todavía es peso pluma. Aparentemente el movimiento metal, identificado en la capital como propio del sur de la ciudad, encuentra cierto antagonismo con el naciente movimiento hardcore, que se ubica en el norte, zona de mayor prosperidad económica. Este patrón, especulo, se repite en otras urbes. Como mencionamos, si el movimiento hardcore apenas tiene presencia, mucho menos puede hablarse de un movimiento straight edge definido que se manifieste en su interior.

Pero el que no podamos ver algo no quiere decir que no exista. En una próxima entrega recogeremos las opiniones honestas de músicos y actores culturales que viven día a día los sesgos y reveses de interactuar con las llamadas "culturas urbanas".


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